Se
podría decir que el cine, en muchas ocasiones, toma en sus escenas
referencias del arte de la pintura, pero no lo vamos a decir: lo
vamos a mostrar.
La
marquesa de O, película franco-alemana de 1976, nos cuenta
que ''En el siglo XIX, en el norte de Italia, la marquesa de O es una
hermosa y joven viuda que vive con su padre, el Coronel, y su madre.
Durante el asedio de su ciudad por parte de las tropas rusas, la
marquesa sufre un intento de violación, pero se salva por la
intervención de un apuesto caballero ruso, el Conde. Meses después,
Julieta inexplicablemente está embarazada. Incapaces de aceptar esta
vergüenza, su familia la echa de casa. Sin recordar contacto alguno
con ningún hombre y convencida de su inocencia, Julieta deberá
descubrir quién es el padre de su hijo.''
El
director de este largometraje, Eric Rohmer, vincula a la perfección
en sus películas el cine con la pintura, y afirma haberse inspirado
directamente en pinturas y grabados del siglo XVII para la
escenografía de La marquesa de O, ayudándose del director de
fotografía Néstor Almendros. Aunque no es la única referencia pictórica de la película, concretamente nos vamos a centrar en el
siguiente plano, en el que vemos a Julileta, la marquesa, tumbada en
una cama con gesto desolado.
Este
plano guarda una estrecha relación con La
pesadilla,
de Johann Heinrich Fussli (Henry
Fuseli), cuadro al óleo de 1781. La pose forzada de la mujer en la
película es prácticamente idéntica a la del cuadro. La fotografía
también es parecida, ya que ambas imágenes tienen un tinte oscuro y
dramático. Además del trabajo de Néstor Almendros, la disposición
espacial de los elementos y el vestuario ayudan a la creación de un
tableau vivant
muy llamativo.
Aquí
también se expresa la similitud entre la angustia de la mujer del
cuadro, que no puede despertar del sueño en el que un demonio le
asfixia sentado sobre su tórax, y la angustia de Julieta, que está
viviendo su propio infierno del que tampoco puede despertar. En las
dos imágenes encontramos los mismos sentimientos: desolación,
miedo, soledad.
Con
este análisis observamos que La
marquesa de O es un film
muy marcado por la pintura del siglo XVII y que se ha conseguido una
estética impecablemente acorde a ella.
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